Galletas de Maicena (SIN GLUTEN): Delicias Veraniegas para Todos
Cuando el sol brilla con fuerza sobre la costa mediterránea y el aire se llena del aroma de flores y frutas frescas, recuerdo las tardes en la cocina de mi abuela en Valencia. Allí, entre risas y el sonido del viejo ventilador de techo, preparábamos galletas de maicena. Esta receta, sin una pizca de gluten, era su respuesta creativa y deliciosa a la intolerancia que desarrollé de niña. Hoy, conservo su legado y lo comparto contigo, porque todo el mundo merece una buena galleta… ¡sin importar sus restricciones alimentarias!
¿Por qué hacer Galletas de Maicena sin Gluten?
Las galletas de maicena sin gluten son una opción fantástica para quienes padecen celiaquía o sensibilidad al gluten. Pero no sólo eso: son increíblemente suaves, se deshacen en la boca, y su sabor delicado es el acompañamiento perfecto para una tarde de verano con té helado o limonada casera. Además, requieren pocos ingredientes, no contienen harinas refinadas, y su preparación es ideal para hacer con niños.
Ingredientes para 24 Galletas
- 250 g de maicena (fécula de maíz)
- 100 g de mantequilla sin sal (a temperatura ambiente)
- 1 huevo grande
- 80 g de azúcar impalpable (o azúcar de coco pulverizada para una opción más natural)
- 1 cucharadita de esencia de vainilla
- ½ cucharadita de polvo de hornear sin gluten
- 1 pizca de sal
Utensilios Necesarios
- Batidora o varillas manuales
- Espátula de silicona o cuchara de madera
- Tamiz o colador fino
- Papel manteca o film transparente
- Cortadores de galletas
- Bandeja de horno
- Rejilla enfriadora
Paso a Paso: Cómo Hacer Galletas de Maicena SIN GLUTEN

1. Prepara la base
En un bol grande, bate la mantequilla con el azúcar impalpable hasta obtener una crema ligera y esponjosa. Esto le dará a las galletas su textura aireada característica.
2. Incorpora el huevo y la vainilla
Agrega el huevo y la cucharadita de esencia de vainilla. Bate nuevamente hasta que la mezcla esté bien integrada y homogénea.
3. Tamiza los ingredientes secos
En otro recipiente, tamiza la maicena, el polvo de hornear sin gluten y la pizca de sal. Esto evitará grumos y garantizará una textura más fina.
4. Une los ingredientes
Agrega los ingredientes secos poco a poco a la mezcla húmeda. Usa una espátula o tus manos limpias para formar una masa suave y ligeramente pegajosa.
5. Forma y corta las galletas
Estira la masa sobre papel manteca o film transparente con un grosor de 0,5 cm. Corta con moldes de tu preferencia. Puedes usar formas de flores, estrellas o círculos tradicionales.
6. Hornea con cuidado
Coloca las galletas sobre una bandeja con papel de hornear, dejando espacio entre ellas. Hornea a 170 °C durante 10 a 12 minutos o hasta que los bordes estén apenas dorados. No deben dorarse mucho, ya que perderían su textura delicada.
7. Enfría y conserva
Deja enfriar sobre una rejilla antes de manipularlas. Guárdalas en un recipiente hermético o una lata metálica. Se conservan frescas hasta por 7 días.
Consejos de la Casa
- ¿Sin mantequilla? Puedes usar margarina vegetal sin gluten para una versión sin lácteos.
- Endulzante alternativo: El azúcar de coco aporta un sabor más profundo y es menos refinado.
- Para más aroma: Ralla un poco de piel de limón o naranja y agrégala a la masa.
- ¿Quieres más crujiente? Deja las galletas unos 2 minutos más en el horno, vigilando que no se quemen.
Por Qué Estas Galletas Son Perfectas para el Verano
Las galletas de maicena sin gluten no solo son suaves y ligeras, sino que combinan perfectamente con bebidas veraniegas como infusiones frías de frutas o té verde helado. No necesitan refrigeración, no empalagan, y se pueden llevar fácilmente a un picnic, la playa o una tarde en el jardín.
Además, no requieren harinas pesadas ni levaduras que dificulten la digestión, algo clave en climas cálidos.
Variaciones Creativas
1. Con coco rallado
Agrega 30 g de coco rallado a la masa. Obtendrás unas galletas estilo tropical irresistibles.
2. Rellenas de mermelada
Haz una pequeña hendidura en el centro antes de hornear y añade un poco de mermelada sin azúcar.
3. Baño de chocolate
Una vez frías, sumérgelas a la mitad en chocolate negro sin gluten derretido. Déjalas secar en la rejilla.
Conservación y Almacenaje
Estas galletas son delicadas. Te recomendamos:
- Guardarlas en una lata metálica bien cerrada.
- Evitar la humedad (no refrigerarlas).
- Si necesitas conservarlas más tiempo, congélalas en bolsas con cierre hermético, separadas por capas de papel manteca.
Beneficios de la Maicena en Repostería Sin Gluten
La fécula de maíz es ligera, de sabor neutro y excelente para dar textura aireada. Al no contener gluten:
- No inflama ni irrita el intestino en personas sensibles.
- Es más digestiva que otras harinas integrales.
- Se comporta muy bien en recetas de repostería que buscan textura suave y desmenuzable.
¿Pueden Comerlas los Niños?
¡Claro que sí! Esta receta es ideal para los más pequeños:
- No lleva colorantes ni aditivos.
- Se puede preparar junto a ellos (amasar y cortar es muy divertido).
- Su dulzura es equilibrada y su textura se derrite en la boca.
Preguntas Frecuentes
¿Puedo usar fécula de patata en lugar de maicena?
Sí, aunque cambiará un poco la textura. La fécula de patata es más elástica.
¿Son aptas para celíacos?
Sí, siempre que verifiques que todos los ingredientes estén certificados sin gluten.
¿Qué azúcar recomiendas si evito los refinados?
El azúcar de coco pulverizada o incluso un poco de sirope de agave deshidratado.
Conclusión: Galletas de Maicena Sin Gluten, Un Capricho Ligero y Seguro
Las galletas de maicena sin gluten no son solo una alternativa saludable para quienes no pueden consumir trigo; son una celebración de la sencillez, del sabor y del verano. Su textura suave, su dulzura equilibrada y su fácil preparación las convierten en un clásico que merece estar en todas las cocinas, sin importar la temporada ni las restricciones alimentarias.
Ya sea que las prepares para ti, para un ser querido celíaco o simplemente porque te encanta descubrir nuevas recetas ligeras y sin complicaciones, estas galletas son una apuesta segura. Y como siempre decía mi abuela: “No hace falta complicarse para hacer algo delicioso”.