Pastel Salado de Calabacín y Queso: Ligero, Esponjoso y Mediterráneo

Cuando pienso en las cenas de verano en casa de mi nonna, en el sur de Italia, recuerdo con cariño el aroma de verduras frescas asándose en el horno y las charlas en la terraza al atardecer. Uno de mis platos favoritos era su pastel salado de calabacín y queso: simple, ligero, pero con una textura esponjosa y un sabor que nos hacía repetir siempre. Hoy, quiero compartir contigo una versión inspirada en esa receta tradicional, con un toque mediterráneo perfecto para las comidas veraniegas.

Ya sea como cena ligera, plato principal para un picnic o incluso como una opción práctica para llevar en el táper al trabajo, este pastel salado de calabacín y queso se adapta a cualquier ocasión. Se disfruta tanto frío como caliente, y puedes personalizarlo fácilmente con lo que tengas a mano.

Ingredientes para tu Pastel Salado de Calabacín y Queso

Para 8 porciones generosas, vas a necesitar:

  • 2 calabacines medianos (unos 400–450 g)
  • 1 cebolla pequeña
  • 3 huevos
  • 100 ml de leche (puede ser vegetal)
  • 80 ml de aceite de oliva suave
  • 120 g de harina de trigo (puedes usar harina integral o de avena)
  • 1 sobre de levadura química (polvo de hornear, 15–16 g)
  • 100 g de queso rallado (emmental, mozzarella o tu favorito)
  • Sal, pimienta y orégano al gusto
  • Opcionales: trocitos de jamón cocido, atún, pimientos, zanahoria rallada, aceitunas negras…

Preparación Paso a Paso

1. Prepara los ingredientes principales

  • Ralla los calabacines con piel y colócalos en un paño de cocina limpio.
  • Exprime bien para quitar el exceso de agua. Esto es clave para que el pastel quede esponjoso y no húmedo.
  • Pica la cebolla muy fina y sofríela con una cucharada de aceite hasta que esté transparente. Déjala enfriar un poco.

2. Prepara la masa base

  • En un bol grande, bate los huevos junto con la leche y el aceite de oliva.
  • Incorpora la harina tamizada con la levadura y mezcla bien hasta que no haya grumos.

3. Añade el sabor mediterráneo

  • Incorpora el calabacín escurrido, la cebolla, el queso rallado y las especias.
  • Si deseas, añade los ingredientes opcionales como jamón cocido, atún o verduras extra para más sabor y textura.

4. Horneado perfecto

  • Vierte la mezcla en un molde mediano engrasado o forrado con papel vegetal.
  • Hornea en horno precalentado a 180 °C durante 40–45 minutos o hasta que al insertar un palillo salga limpio.
  • Deja enfriar ligeramente antes de desmoldar.

Cómo Servir el Pastel Salado de Calabacín y Queso

Este pastel es tan versátil que puedes:

  • Servirlo caliente acompañado de una ensalada de tomate con albahaca y aceitunas negras.
  • Cortarlo en cubitos para una mesa de aperitivos.
  • Llevarlo frío a un picnic o a la oficina.
  • Usarlo como base para una cena ligera con una sopa fría como el gazpacho.

Consejos de Cocina

  • Evita un pastel aguado: escurrir bien el calabacín es crucial. Si te salta este paso, el pastel podría no cuajar correctamente.
  • Hazlo vegetariano: omite el jamón o atún y añade más verduras como zanahoria o espinacas.
  • Dale un toque crujiente: espolvorea con semillas de sésamo o queso parmesano rallado por encima antes de hornear.

Variaciones y Sustituciones

  • Versión sin gluten: usa harina de arroz o una mezcla sin gluten.
  • Versión keto: reemplaza la harina por almendra molida y reduce la leche.
  • Sabor extra: añade hierbas frescas como albahaca, tomillo o romero.

Nutrición y Beneficios

El calabacín es una verdura baja en calorías y rica en fibra, ideal para comidas ligeras. Combinado con huevos, leche y queso, este pastel se convierte en un plato equilibrado que aporta proteínas, grasas saludables y carbohidratos complejos.

Además, al estar horneado en lugar de frito, es mucho más saludable y digestivo, ideal para cenas veraniegas.


Perfecto para el Verano

El pastel salado de calabacín y queso es el plato estrella para los días calurosos:

  • Se puede preparar con antelación.
  • Se conserva bien en la nevera hasta 3 días.
  • Es ligero y sabroso, sin resultar pesado.

Llévalo al campo, a la playa o sírvelo en casa. ¡El sabor mediterráneo siempre triunfa!

Conclusión

El pastel salado de calabacín y queso es una de esas recetas que combinan lo mejor de la cocina mediterránea: ingredientes frescos, sencillez en la preparación y un resultado lleno de sabor. Es perfecto para quienes buscan una opción ligera pero nutritiva, ideal para disfrutar tanto en casa como al aire libre durante los días de verano.

Su textura esponjosa y su versatilidad lo convierten en un plato estrella que no puede faltar en tu recetario. Además, puedes adaptarlo fácilmente a tus gustos o necesidades dietéticas. Ya sea que lo sirvas como cena rápida, en una reunión informal o como parte de una mesa de aperitivos, este pastel será siempre un acierto.

Te animo a que lo pruebes y lo hagas tuyo, con los ingredientes que más te gusten. ¡La cocina mediterránea es eso: amor, frescura y creatividad!

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